EL LATÍN, UNA LENGUA FLEXIVA
La morfología es la parte de la gramática que se encarga de la flexión y de la formación de palabras, atendiendo a su forma, es decir, las raíces y los morfemas.
Como el castellano, la lengua latina utiliza morfemas para conseguir significados o categorías distintas (am-o, am-as, am-ábamos). Por eso, decimos que tanto el latín como el castellano son lenguas flexivas.
Podemos agrupar las palabras latinas en dos grandes categorías morfológicas: variables (sustantivos, adjetivos, verbos, pronombres) e invariables (preposiciones, adverbios, conjunciones e interjecciones)
La flexión verbal latina
Los verbos latinos y castellanos tienen mucho en común:
- persona: primera, segunda y tercera.
- número: singular y plural.
- tiempo: presente, pretérito imperfecto, futuro, pretérito pluscuamperfecto, etc.
- modo: indicativo, subjuntivo, imperativo.
- voz: activa y pasiva.
A lo largo del curso, iremos aprendiendo las diferencias.
La flexión nominal latina
Afecta a sustantivos, adjetivos y pronombres. Como el castellano, el latín presenta categoría de número (singular y plural) y de género (masculino, femenino y neutro)
La principal diferencia entre ambas lenguas es el sistema casual. ¿Qué significa eso?
El latín presenta una serie de morfemas que indican la función sintáctica que una palabra desempeña dentro de la oración. Así los sustantivos, adjetivos y pronombres modifican su terminación dependiendo de la función sintáctica que realicen dentro de la oración:
- Poeta libros amat. (El poeta ama los libros)
- Ego poetam video. (Yo veo al poeta)
En la primera oración la palabra poeta funciona tanto en latín como en castellano como sujeto, mientras que en la segunda funciona como complemento directo. Si te fijas, en castellano la palabra no cambia su forma, pero en latín añade un morfema -m.
En castellano el sistema de casos se conserva de forma residual en los pronombres. Fíjate en los siguientes ejemplos:
- Yo soy María. (sujeto)
- Me gusta el cine. (complemento indirecto)
- Ven conmigo. (complemento circunstancial)
En las tres oraciones anteriores las palabras en negritas se refieren a la primera persona, el hablante, pero cambian su forma según la función sintáctica que desempeñan.
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