LITERATURA GRIEGA: LA ÉPICA

La apoteosis de Homero de Ingres (1827)


Las primeras obras conservadas de la literatura griega son los dos poemas atribuidos a Homero, que representan la culminación del género épico en Grecia: la Ilíada y la Odisea.

Se trata de poesía narrativa en versos denominados hexámetros dactílicos, que evocan un mundo legendario que se remonta a la época micénica (s. XII a.C.). El género épico, mezcla de historia y mito, existiría ya en esa época y habría sido cantado por aedos que recitarían de memoria los poemas durante los siglos siguientes hasta culminar con su puesta por escrito en el siglo VIII a.C. La antigüedad atribuyó las dos obras a Homero, un supuesto poeta ciego de Quíos, según la tradición. Su existencia real no nos consta.

Las características de la épica serían por tanto:
- el uso del hexámetro dactílico.
- narraciones que se remontan a un pasado legendario.
- exaltación de los valores heroicos y guerreros.
- invocación a las musas.
- intervención de los dioses.
- uso de epítetos épicos y lenguaje formular.
- estilo elevado con un uso muy intenso de figuras literarias.

En la Ilíada se nos narra un episodio de la guerra de Troya, el de la cólera de Aquiles. Este, el más valeroso de los guerreros griegos, es humillado a causa del reparto de una esclava por el poderosos Agamenón, jefe de la coalición griega contra Troya, y renuncia a seguir combatiendo a su lado. Cuando los griegos se ven al borde de la derrota, Patroclo toma las armas de Aquiles y se hace pasar por él en el combate. La muerte de Patroclo a manos de Héctor, hijo del rey Príamo y principal guerrero troyano, provoca la vuelta de Aquiles para matar a Héctor en combate individual, pese a saber que con ello sella su propio destino fatal. La obra termina con la patética escena de la súplica de Príamo ante Aquiles por el cadáver de Héctor y con los funerales de este.

La Odisea nos cuenta el accidentado regreso a Ítaca tras la toma de Troya de Odiseo y su venganza sobre los pretendientes de su esposa Penélope. Paralelamente, Telémaco, su hijo emprende la búsqueda de su padre. A lo largo de sus viajes Odiseo se enfrentará con innumerables peligros y monstruos, como el cíclope Polifemo, las Sirenas, los Lotófagos o la maga Circe. Con la ayuda de Nausicaa, princesa del reino de los Feacios y de su padre Alcinoo logrará llegar a Ítaca donde podrá acceder al palacio disfrazado de mendigo gracias a la intervención de Atenea y llevar a cabo su venganza tras vencer a los pretendientes en el famoso concurso del arco.

El segundo gran poeta griego tras Homero es el beocio Hesíodo. En su Teogonía expone la genealogía de los dioses y la formación del mundo. En su poema didáctico Los trabajos y los días se nos describe la vida cotidiana y las labores de un campesino, con muchos detalles concretos y consejos al respecto. A pesar de utilizar la misma forma literaria, el hexámetro, el universo descrito por Hesíodo está ya muy alejado de la epopeya homérica.

Ya en época helenística (s. III a.C.) tenemos al poeta Apolonio de Rodas, que además de escritor fue bibliotecario de la Biblioteca de Alejandría.  En sus  Argonáuticas  narra imitando el estilo de la épica arcaica el viaje de la nave Argos, dirigida por Jasón y tripulada por todo tipo de héroes míticos, hacia la Cólquide, en busca del vellocino de oro. Ya en la Cólquide recibirá la ayuda de Medea para lograr cumplir su misión



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