GRIEGO: LA EDAD OSCURA Y LA ÉPOCA ARCAICA


Los cuatro siglos que separan la caída de los reinos micénicos del surgimiento de la polis en el siglo XII a.C.  son un periodo caracterizado por la ausencia de restos arqueológicos, por lo que se conoce como ÉPOCA OSCURA.

Además la escritura cayó en el olvido, hubo importantes movimientos migratorios hacia  que provocaron el despoblamiento de grandes regiones del continente. En torno al año 1000 a.C. aparecen los primeros signos de recuperación  y surgen ciudades como Atenas, Argos o Corinto.

LA ÉPOCA ARCAICA (siglos VIII- VI a.C.)


La época arcaica se caracteriza por el surgimiento de la polis o ciudades-estado, que eran independientes entre sí, pero que guardaban ciertos rasgos comunes: 
  • creían en los mismos dioses. 
  • tenían la misma lengua.
  • acudían a los mismos santuarios panhelénicos, como Olimpia o Delfos. 
El contacto con los fenicios propició que se adoptara el uso de la moneda y su sistema de escritura, que era alfabética. La sencillez del alfabeto hizo que la escritura se extendiera y que fueran puestos por escrito los poemas que circulaban desde hacía siglo en boca de los rapsodas, como la Ilíada y la Odisea, que se atribuyeron a Homero. 

LAS COLONIZACIONES


Los griegos buscaron en el mar lugares donde fundar nuevos asentamientos. Las primeras colonias fueron las del sur de Italia y Sicilia. El florecimiento de esta región fue tan grande que recibió el nombre de Magna Grecia. También se fundaron colonias tanto en Jonia (costas de Asia Menor) y en lugares tan alejados como la Península Ibérica. 



LA SOCIEDAD


Con la creación de las polis, las familias poderosas se hicieron con las tierras más productivas y conformaron una élite terrateniente que se autodenominaba aristoi (los mejores). Esta aristocracia modeló su imagen siguiendo el ejemplo de los héroes del pasado  y se presentaban como sus sucesores directos. 

Los aristócratas asumían los cargos políticos, tomaban decisiones relacionadas con los conflictos bélicos y, como guardianes de la comunidad, eran los encargados de defender la polis con las armas. Predominaba una mentalidad guerrera y competitiva.

Con ese mismo espíritu nacieron las competiciones atléticas, como las Olimpiadas, donde los aristócratas encontraron otra forma de demostrar su superioridad.

Este modo de vida fue ensalzado en los poemas líricos que se recitaban en los simposios (banquetes), donde los aristócratas se reunían para celebrar su amistad y sus valores como clase dominante.



LA ÉPOCA DE LOS TIRANOS

El incremento del comercio, gracias al establecimiento de colonias, provocó un enriquecimiento y el ascenso de una nueva clase social cada vez más próspera. Esta circunstancia provocó desajustes sociales, ya que estos ciudadanos podían costearse sus armas y defender a la ciudad sin depender de los aristócratas.

Surge la figura del hoplita, que deriva del tipo de escudo que llevaban, el hoplon. Luchaban juntos en una formación llamada falange y su única táctica era el choque.




Para controlar la polis surgió la figura del tirano. Su poder no emanaba de la clase aristocrática sino que se trataba de un poder personal, a veces, al margen de la ley. En principio, el término tirano no tenía una connotación negativa. En ciertos casos, su labor potenció la actividad artística y ciudadana, como el caso del tirano ateniense Pisístrato, bajo cuyo mandato se pusieron por escrito por primera vez los poemas de Homero y se representaron las primeras obras teatrales.

El tirano de Corinto, Periandro, es uno de los Siete Sabios de Grecia. 

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