PÉLOPE E HIPODAMÍA: EL ORIGEN MITOLÓGICO DE LOS JUEGOS OLÍMPICOS
EL ORIGEN MITOLÓGICO DE LOS JUEGOS
PÉLOPE E HIPODAMÍA
La península del Peloponeso le debe su nombre al héroe mitológico Pélope |
Pélope era hijo del rey Tántalo. Tántalo, que quería agasajar a los dioses con el más exquisito banquete, cocinó y sirvió a su propio hijo Pélope. Los dioses se dieron cuenta del origen de la carne que había en sus platos y, horrorizados, le devolvieron a la vida y el don de disfrutar de una belleza extraordinaria. El propio Poseidón le hizo su amante y le enseñó a conducir su carro tirado por caballos marinos.
Más tarde, Pélope se enamoró de Hipodamía, hija de Enomao, rey de Olimpia. Un oráculo había pronosticado a Enomao que moriría a manos de su yerno, por lo que él rey quería evitar a toda costa el matrimonio de su hija. Para ello, a cada pretendiente le hacía competir en una carrera de carros. El vencedor conseguiría la mano de la princesa, pero los perdedores eran asesinados.
La ventaja de Enomao era que contaba con los caballos de los dioses, que hacían su carro invencible. Pélope aceptó el reto pero le pidió ayuda a su antiguo amante Poseidón, que le regaló un carro tirado por caballos alados. Además, logró la ayuda del auriga de Enomao, al que prometió la mitad del reino y la primera noche con su futura esposa si alcanzaba la victoria. Mírtilo aceptó y cambió los ejes de las ruedas del carro de Enomao por otras falsas hechas con cera.
En plena carrera las ruedas del carro de Pélope se soltaron y el rey fue arrastrado hasta morir. Mírtilo sobrevivió pero Pélope acabó con él por intentar propasarse con Hipodamía. Con su último aliento, Mírtilo maldijo a Pélope y a todos sus descendientes.
Para celebrar su victoria Pélope decidió instaurar los Juegos Olímpicos.
Para celebrar su victoria Pélope decidió instaurar los Juegos Olímpicos.
Durante su reinado, Pélope controló todo el Peloponeso, término que significa “isla de Pélope”. Pélope e Hipodamía tuvieron tres hijos: Atreo, Tiestes y Crisipo. Crisipo, que era el heredero del reino, fue asesinado por sus hermanos. Pélope desterró por eso a su mujer y sus dos hijos. La maldición los persiguió durante las siguientes generaciones.
Cuando Pélope murió, sus huesos fueron llevados a Troya por los griegos porque un oráculo afirmó que de ese modo ganarían la Guerra de Troya.
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