LATÍN: EL FIN DE LA REPÚBLICA II



LA SEGUNDA GUERRA CIVIL: POMPEYANOS CONTRA CESARIANOS. 

Durante estos años tuvo lugar una guerra civil entre los partidarios de César y los de Pompeyo. César, procedente de las Galias, cruzó el Rubicón (pronunció la famosa frase Alea iacta est que significa la suerte está echada), conquistó Roma y toda la península itálica. Pompeyo y sus partidarios huyeron a Grecia.

César renunció a perseguirlos porque no disponía de una flota organizada y parte de sus tropas estaban concentradas en la Galia, prefiriendo asegurar su poder en el occidente.

César invadió Hispania y, tras vencer al ejército de Pompeyo en Ilerda, partió hacia Grecia, donde derrotó a Pompeyo en la batalla de Farsalia. En la decada de los 40 del I a.C. César dominó Egipto e intervino en la disputa dinástica entre Cleopatra y su hermano. Tomó partido por Cleopatra y se convirtió en su amante.

Finalmente la victoria definitiva sobre los hijos del fallecido Pompeyo la obtuvo César al sur de Hispania, concretamente en la batalla de Munda.

DICTADURA DE JULIO CÉSAR

En el 45 a.C. César había conseguido controlar todo el mundo romano, lo que le permitió introducir una serie de importantes reformas, como la del calendario, la concesión de la ciudadanía a regiones como la Galia e Hispania y el aumento de senadores. Sin embargo, ante el aumento del poder en una sola persona, los partidarios de la república se alarmaron y acordaron poner fin a su vida. César fue asesinado ante la estatua de Pompeyo por los senadores que le asestaron 23 puñaladas. Todo ello ocurrió en los Idus de marzo del 44 a.C. Es famosa la frase pronunciada por César cuando, herido de muerte, vio a su ahijado Bruto entre los conspirados: Tu quoque, filii mi? (¿tú también, hijo mío?)



EL SEGUNDO TRIUNVIRATO

La muerte repentina de César produjo un vacío de poder que el Senado no pudo controlar y que aprovecharon los tres aspirantes a la sucesión: Octavio, Lépido y Marco Antonio.

Los tres, tras un año de guerra civil, formaron el segundo triunvirato, instituido por el Senado como magistratura oficial por cinco años. Pero Lépido desapareció de la escena y esto despertó el deseo de los otros dos miembros de dominar el Estado en solitario. Estalló una tercera guerra civil y Octavio, con el apoyo del Senado, derrotó a Marco Antonio, que contaba con la ayuda de Cleopatra, en la batalla de Accio. Octavio entró triunfador en Roma en el 29 a.C.

Comenzaba una nueva etapa: el Imperio.


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