LATÍN: LAS VÍAS ROMANAS


    Las vías -viae- o calzadas romanas fueron uno de los factores que influyeron en la romanización de los territorios conquistados por Roma y que favorecieron, incluso, la conquista de esos territorios. Su papel como nexo de unión cultural, comercial, militar y político fue fundamental para el desarrollo del Imperio.
    Roma se dotó de una magnífica red de vías de comunicación, y su excelente trazado y su sólida construcción las han hecho pervivir en parte hasta nuestros días.
    Si bien en un principio estas calzadas tenían un claro propósito militar (desplazamiento de tropas), poco después se convirtieron en una verdadera red de carreteras que facilitó enormemente el comercio por vía terrestre y el tránsito de viajeros. De este modo, las vías enlazaron las ciudades interiores con otras ciudades portuarias, que abrirían la posibilidad del comercio por vía marítima.
 El sistema de carreteras llegó a alcanzar los 80.000 km. en un total de 29 vías que partían desde Roma y llegaban hasta las más remotas provincias conquistadas. Por eso decimos que todos los caminos conducen a Roma. 



TIPOS DE VÍAS
    Las vías son caminos de diversas clases: militares, las primeras, (construidas por los soldados y con fines militares), caminos vecinales (a los que contribuían los municipios) o calzadas suntuosas, como la Vía Apia, a cuyos lados, en un largo trayecto, a su entrada en Roma, se levantaban abundantes y hermosas construcciones: arcos, estatuas, templos, columnas, etc. En todo este trayecto se mantenía perfectamente pavimentada y tenía aceras, de lo que más adelante hablaremos. Son también, propiamente, las calles de las ciudades y municipios.

Las dos carreteras más antiguas de Italia son la Vía Apia, de Roma a Bríndisi, y la Vía Aurelia, que pasaba por Etruria. 



En la Península Ibérica hay vías muy importantes, como podéis ver en el siguiente mapa:


Si te fijas, la red de carreteras actuales, sigue el trazado de las vías romanas. 

Los legionarios se encargaban de la construcción de las vías y los ediles de su mantenimiento. 

Se financiaban a través del Estado, pero también por donaciones privadas de personas interesadas en su uso y por los peajes, que había que pagar, especialmente en los puentes y entradas de las ciudades. 

CONSTRUCCIÓN

Primero se cavaba un foso de unos 50 cm. y se rellenaba con capas de piedra, arena y tierra y se cimentaba con argamasa. Después se cubría con adoquines. 

Los bordes de la carretera se marcaban con piedras clavadas verticalmente. A lo largo del recorrido había hitos miliarios que marcaban la distancia, igual que hacemos nosotros actualmente. 

Miliario romano
Las vías medían unos cuatro metros de ancho. lo que permitía la circulación de los carros en los dos sentidos. También había aceras para los peatones, de unos tres metros de ancho. 

Junto con las carreteras se impulsaron otras obras auxiliares para que los viajes fueran más rápidos y seguros, como puentes, viaductos y túneles. 

LOS VEHÍCULOS

Para desplazarse utlizaban caballos, animales de carga, carros o podían ir a pie. 

Había normas que regulaban el número de personas y la cantidad de mercancías que se podían transportar. 

Las clases acomodadas utilizaban carros cubiertos (raedae), que se podían alquilar en las áreas de servicios. Las lecticas eran las literas que transportaban los lecticarii, como hemos visto en nuestro libro. Además había carrucae dormitoriae muy lujosas. 

Carruca dormitoria
Cuando se emprendía un viaje largo normalmente se hacía acompañado de esclavos y se llevaba un equipaje ligero. El vestido de viaje debía ser cómodo.

A lo largo de las carreteras y aproximadamente cada diez kilómetros había estaciones de servicio para cambiar los caballos. Con el tiempo estas estaciones fueron creciendo tanto que acabaron originando nuevas poblaciones. 

EL SERVICIO POSTAL

El servicio postal era muy importante en el Imperio romano, ya que garantizaba el contacto entre Roma y las provincias. Recibía el nombre de cursus publicus y su organización data de los tiempos de Julio César. Las cartas se transportaban mediante mensajeros a caballo o carteros de servicio diario regular. Se otorgaba tanta importancia al servicio postal que este dependía directamente del emperador. 








Comentarios

Entradas populares